A polyphonic prostitute, messiah for the animals

Y cuando parecía que ya lo había hecho todo en esta ciudad, me he pillado un autobús urbano que, después de un trayecto de hora y media en el que hemos recorrido 24 kilómetros hasta salirnos de Bangkok (por 23 murciégalos, señora), me ha dejado a sólo unos arrabales de distancia del Museo Erawan, alojado en un edificio con forma de elefante de tres cabezas, ridículamente absurdo, pero con cosillas que me han recordado bastante a Gaudí, y que reconozco que me ha molado (a pesar de costar 400 bahts, ahí es nada. Al menos incluye la audioguía).

 

Es el sueño de un loco que quería hacer un museo con todos los trastos que había ido acumulando. Tiene una planta baja que representa los infiernos, y está lleno de vasijas y cacharritos de porcelana. Porque hay una estatua de un demonio serpiente de siete cabezas, pero oye, justo le han pillado en el momento en que tiene forma humana. Así, como lo oyes…

Pero vamos, que el plato fuerte es la base del elefante, que es una ida de olla flipante, con una escalinata doble espectacular hecha de, atención, ¡arroz glutinoso y trozos de tacitas de porcelana! Además tiene una bóveda con una vidriera con un mapamundi y nosequé chorradas zodiacales, y que está sujeta por cuatro columnas (las patas del elefante, se supone) contando historietas de las religiones mayoritarias, porque busca la armonía y la paz mundial. O algo asín. Yo estaba fijándome en que los soportes de la barandilla eran elefantes, y que las orejas de los elefantes de la puerta eran cucharillas de sopa…

Finalmente, la planta superior, dentro de la cabeza del elefante, representa los cielos y tiene unas estatuas de budas de distintos periodos históricos. Y lo del techo es el sistema solar, la Vía Láctea y las constelaciones, por supuesto.

Luego en los jardines, además de poner una flor de loto en flotación, nos hemos deleitado con unos cuantos bichejos más, casi todos combinación de elefante con otra cosa en plan dragón, pez, ciervo, gallinácea…

Absurdo de pies a cabeza. ¡Me ha encantado!

Luego nos hemos vuelto cogiendo un taxi hasta el skytrain, de ahí hemos pillado el metro, y hemos intentado ir al estadio de combates de thai boxing, que aquí al colega le molaba el tema, pero al parecer el estadio se lo han llevado fuera de la ciudad. Así que hemos vuelto a coger el metro (¡con lo barata que me había salido a mí la ida!), para terminar recorriendo una vez más el barrio chino y llegar al pseudo barrio hindú. Y al final, de ahí, a cenar al sitio de pad thai de ayer…

pd.- No me han planchado la colada. Que no lo quería, pero como que lo esperaba, así que ahora me siento un poco estafado. Pero lo mejor es la nota que me han echado por debajo de la puerta:

notita

 

Así que nada, podía haber ligado con un ladyboy, pero no, ha sido con un travelo más feo que la Terremoto de Alcorcón. Al menos es otra cosa más a tachar de la lista…

Un pensamiento en “A polyphonic prostitute, messiah for the animals

  1. Flipante….no sé qué supera a qué….si es subrealismo del templo de los elefantes o la nota…. las cucharas de las orejas parecen más bien apoyacucharas de cerámica. Pero muy mono oye….la nota….me parto…esto es peor que dar tu telèfono en un papel y luego salir corriendo…la nota está en plural….serían más de un travelo….lo mismo el/los otro/s eran guapo/s…..Y ahora vas y te vas del hostel. Van a pensar que te han espantado.
    Besos

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